Por último, tenemos el acto final. Aquí es donde Johnson apuesta y arriesga, y vaya que si lo hace, lo mejor, es que no le podía haber salido mejor.
Llegados a este punto, nos encontramos con la mejor escena de toda la película que es, sin duda alguna, el encuentro entre Kylo, Rey y Snoke.
Ella se entrega a la Primera Orden con el fin de llegar a convencer a Ben de volver al que fue su camino, empieza de la mejor forma con esa charla entre ambos en el ascensor porque quieren estar juntos pero en bandos distintos, algo comparable con Romeo y Julieta pero en una galaxia muy muy lejana.
Después, incluso el espectador siente la lucha interior de Solo frente a Snoke y Rey, tiene que elegir un camino y pensamos que irá con el contrario al que mate, pero no será así…
Inesperadamente, Ben “gira su sable láser y mata a su verdadero enemigo”, tras esto, una sala de cine expectante y asombrada al ver cómo Snoke es partido por la mitad. Aún sumergidos en el asombro, da comienzo esa gran batalla entre Ren y Rey contra los guardias pretorianos de Snoke. Originalidad, la primera vez que vemos luchar al lado osocuro y luminoso mano a mano contra un enemigo. Cada estocada de los sables es pura maravilla hasta que todos los guardias son eliminados.
Al volver en nosotros mismos, pensamos que la Primera Orden ha finalizado y viven felices y comen perdices. Que ingenuo es el ser humano. Para colmo, a parte de esta brillante batalla que acabamos de presenciar, el director vuelve a dar otro giro argumental, ya que esto no signifca que Kylo vuelva al lado luminoso, ni mucho menos, esto acaba con un face to face entre él y ella ante lo juntos pero a la vez lo separados que están el uno del otro.
Finalmente, acaba con el sable de Luke destrozado como un simbolismo de romper con lo tradicional dando un paso más allá. Esto es lo que hace verdaderamente a The Last Jedi como única y original, y, una de las mejores de la saga.
Llegando al final del film, la tambalea un poco en algunos fallos de guión pero finaliza de forma exitosa.
La Resistencia se encomienda a huir a una antigua base rebelde en el planeta Crait en unas cápsulas de salvamento que no pueden ser rastreadas, a menos que alguien se vaya de la lengua, y este es DJ, el cual remarca durante su paso por la trama que él no es ningún tipo de héroe ni villano, sino una persona normal que mira por sus propios intereses.
Da evidencias constantemente de que no es de fiar hasta que, obviamente, traiciona a Rose y Finn. Simplemente un personaje que hace alusión a como somos en realidad, seres avariciosos y egocéntricos que variamos entre lo bueno y lo malo; un jarro de agua fría para todos aquellos puritanos que quieren bandos predefinidos de héroes y villanos. “Chapeau” Benicio del Toro.
Seguido de esto, llega una escena que pasa de incoherente a horrible. Al estar prisioneros Finn y Rose, son liberados por BB-8 a manos de un AT-ST. Esto demuestra una vez más que la trama de ambos está metida a presión en el argumento, ahora los guionistas se quedaron sin ideas de cómo sacar de este marrón a Finn y Rose por lo que deciden usar al pobre droide como paraguas ante una lluvia de críticas que llegarían. Si ya es chocante que unos ositos de peluche derrotasen al mayor ejército de la galaxia con palos y piedras 30 años atrás, ahora un droide controlando a otro robot los masacra a tiros.
Pero esto no acaba aquí, a continuación, presenciamos algo que me dolió mucho. Me quedé muy disgustado en The Force Awakens por el mal uso dado a esta villana con esperanzas de que diese un golpe sobre la mesa en The Last Jedi. Pero no fue así.
Hablo de la Capitana Phasma, objeto de burlas 2 años antes tras presentarla como la gran inquisidora de la Primera Orden y ser arrojada por un compartimento de basura, ahora, peor, porque nos hace creer algo que no es. Dispuesta a acabar con su maldito dolor de muelas, Finn, ella se deja ganar por un ex – soldado sin experiencia con un rango mucho más inferior al suyo en una pelea que no llega al minuto. ABSOLUTAMENTE NEFASTO EL TRATO DADO A ESTE PERSONAJE.
-Tercer acto 1/2
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