Últimamente, están triunfando series ambientadas en las últimas décadas del siglo XX como Stranger Things o Everything Sucks! Que provocan cierta nostalgia en el espectador veterano y resulta muy interesante para la nueva generación que no sabe cómo era la vida en aquella época.
Steven Spielberg ha llegado a otro nivel con Ready Player One.
Primero, la idea de mezclar lo futurista con lo retro es realmente innovadora, es decir, utiliza algo tan evolucionado como es la realidad virtual para sumergirte en un mundo totalmente futurista pero con un ambiente ochentero.
El argumento es bastante simple, encontrar las tres llaves para obtener la recompensa.
La primera prueba es mi favorita, la carrera, la cual hace que sintamos que estamos en ella de verdad conduciendo el DeLorean y se hace aún más entretenida cuando ves todos esos míticos autos juntos aunque algunos de ellos acaben destruidos como aquel Trans Am o el mismísimo Batmobile de Adam West por obstáculos como King Kong o el T-Rex de Jurassic Park. Es un orgasmo para cualquier nerd.
Aquí Wade nos demuestra que no tienes por qué ser un obseso de la cultura pop para encontrar la llave y, en cierto modo, para entender y disfrutar la película, sino ser astuto e inteligente, por eso se consigue ganar haciendo la carrera por debajo del mapa.
Después está la prueba de El Resplandor (The Shining), la cual se hace muy entretenida para los que hayamos visto este clásico porque estará protagonizada por Hache (Lena Waithe), que nunca llegó a ver el film por lo que sus escenas con la sangre del ascensor y el zombie de la habitación 237 resultan de lo más desternillantes.
Aprecio mucho como cuidaron el ambiente de El Resplandor. Ver como los protagonistas han de meterse en un cine para adentrarse en la película y utilizar escenas reales de ella hizo de esta escena un gran tributo. Sobre todo, la guinda del pastel fue un halago la referencia a Jack Nicholson aun viéndole solo de cintura para abajo.
Finalmente, la prueba final lleva a probar una serie de juegos ochenteros para encontrar la última llave.
Esta fue la que menos me gustó en sí en un principio, pero, Spielberg supo encandilarme con esa ÉPICA BATALLA dónde, ahora sí, sufrí una epilepsia de referencias y de easter eggs que fue apabullante. Cientos de personajes míticos unidos por el fin de no dejar caer esa realidad en la que se evaden en una compañía dirigida por el tirano de Nolan Sorrento.
En lo personal, he de decir que momentos como el de Chucky, el Joker, Mazinger Z vs Godzilla e incluso ver a Hello Kitty en una batalla a muerte son los que hacen que me parta la caja en la butaca y esté súper emocionado con cada fotograma que pasa por mis ojos.
No todo va a ser coser y cantar, veo algunos fallos en los personajes, o mejor dicho, una falta de evolución. Probablemente se deba a que con el gran éxito de Ready Player One, quieran exprimir la gallina de los huevos de oro y hacer unas secuelas en las que darles un arco más amplio. No lo sé.
Wade Watts (Tye Sheridan) queda muy por detrás de Parzival y eso que son la misma persona. Creo que Wade en el mundo real no tiene tanta importancia ni una gran evolución como la tiene su avatar. Sin embargo, creo que Samantha/Art3mis (Olivia Cooke), tanto en la vida real como en Oasis se come al protagonista y se corona como la f*****g boss.
Donde más veo las lagunas, es en los secundarios. El encuentro de Wade con Samantha está justificable con una especie de Rebelión típica de Star Wars. Sin embargo, su encuentro con Hache, Daito (Win Morisaki) y Shoto (Philip Zhao) es de lo más ridículo y forzado.
Además de que al menos Hache tiene sus momentos en Oasis al igual que Daito, pero en el mundo real son de lo más prescindibles para mi gusto.
Por último, Ben Meldensohn como Nolan Sorrento en un principio se me hizo como el típico malo (un poco lelo) de una multinacional que solo aspira a dinero y poder mientras que le acaban ganando un par de críos, una fórmula más que repetida. Aunque con el paso de las horas y con la actuación de Meldensohn llegué a cogerle el gustillo a este villano.
En conclusión, es una película muy entretenida para diversos tipos de público, para los cineastas que amen ver referencias de películas clásicas como para el mero espectador que sólo busque pasar un rato divertido con una película de aventura y ficción.
Más en lo personal, me ha encantado ver como Spielberg me hizo añorar los tiempos en los que las compañías tenían ganas de hacer una buena película, no como ahora, una era en la que tiran de blockbusters (ya sean del género que sean) con una fórmula tan repetida que llegan a usar a los mismos actores en una idéntica película que ya habían lanzado dos meses atrás pero con un título diferente.
Se podría decir que nos encontramos en una época en la que las grandes productoras se preocupan más por romperla en taquilla con películas que parecen fotocopias antes de intentar crear, como mínimo, una buena historia.
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